Ponte en situación: un domingo por la mañana, hace sol, decides recorrer esa calle de tu ciudad que siempre has querido visitar, pero que con el coche es un desastre y a pie te pilla lejos. Todo sin sudar, sin miedo a esa cuesta desde la que se adivina tu mirador favorito, sintiendo la brisa en la cara y moviéndote con soltura en una primera impresión de libertad. Todo eso es lo que puede ofrecer una bicicleta de paseo eléctrica, una llave para volver a descubrir tu alrededor de una manera conectada, saludable y, por encima de todo, placentera. No es solo un vehículo, es un regalo que te devuelve autonomía, y convierte el recado más aburrido en un paseo disfrutable, y la salida de fin de semana, en una excursión sin igual. ¿Qué hace entonces especial a una bicicleta eléctrica de paseo? Antes de meternos en los detalles técnicos, explicaremos qué hace diferente a una bicicleta de paseo de sus hermanas más exigentes: las mountain bikes y las bicis de carretera. Si hay una palabra clave en la descripción del vehículo, es la comodidad. Una bicicleta de paseo no está hecha para dejarte el cuerpo dolorido.
Redescubriendo tu ciudad: las ventajas que nadie te cuenta
Por supuesto, tener una bicicleta eléctrica no se trata solo de tener un motor. No es que simplemente estés subiendo la cuesta con mucho menos esfuerzo, o descubriendo ese extraño parque que antes solo era accesible en coche. A lo largo de los años, he notado que el cambio más drástico es la forma en que experimentas la ciudad: simplemente ya no es una serie de puntos en el mapa separados por tráfico y distancias. Es una hoja en blanco que puedes llenar a tu antojo. Además, sigue siendo un entrenamiento. Puedes configurar la potencia que deseas que el motor entregue: esto convierte cada viaje en un buen entrenamiento, quizás no muy exigente para tu condición física, pero por eso mismo: evitas el agotamiento absoluto. Por supuesto, el dinero que ahorrarás en gasolina y billetes de autobús, así como la satisfacción mental de moverse de manera agradable y sostenible, sin duda jugarán un papel.
Consejos para elegir a tu compañero de aventura urbana
Eso es lo más importante a la hora de elegir tu bicicleta eléctrica de paseo, pero hay muchas otras consideraciones y especificaciones a tener en cuenta. Para no olvidarse, en mi opinión, hay varias cosas realmente importantes a tener en cuenta.
En primer lugar: el motor y su modo de asistencia.
La mayoría de estas bicicletas utilizan un motor en el buje de la rueda trasera, lo cual es genial. Es bastante confiable, eficiente y le da una sensación de “encender y emprender el viaje”. Pero hay una característica clave en lo que hace que este motor sea perfecto: el sensor que activa el motor. El sensor de par (torque sensor) es mejor, ya que monitorea cuánto aprietas los pedales y la asistencia es natural y proporcional a este esfuerzo. Es mágico: de repente, tienes piernas nuevas.
En segundo lugar: la batería y la autonomía.
La autonomía, es decir, los kilómetros que puedes recorrer con una sola carga, también es crucial. En el caso de un uso urbano y de paseo, busca autonomías que superen los 80 km para no tener que preocuparte por cargarla a diario. Además, es fundamental que la batería sea extraíble. Esto te permitirá llevártela a casa o a la oficina para cargarla cómodamente y, lo que probablemente sea más importante, la protege de ladrones si tienes que dejar la bicicleta en la calle.
En tercer lugar: la comodidad y la seguridad.
Una horquilla con suspensión delantera absorberá las irregularidades del terreno, como baches o adoquines, lo que hará que tu recorrido sea mucho más suave. Del mismo modo, los frenos de disco, preferiblemente de 180 mm, te garantizan una fuerte capacidad de frenada fiable en cualquier condición meteorológica, lo cual es crucial en el tráfico urbano.
En cuarto lugar: los neumáticos.
Los neumáticos anchos, a menudo denominados “fat tires”, no son exclusivos de la playa o la nieve. En la ciudad, te ofrecen una estabilidad y amortiguación excepcionales gracias a su volumen de aire. Te permitirán pasar por encima de pequeños baches, rejillas o caminos de grava con total confianza y sin, prácticamente, notar nada.
En quinto lugar: la practicidad.
Una verdadera bicicleta de paseo debe venir equipada de serie con guardabarros para no mancharte si llueve, un portaequipajes trasero robusto para tus compras o una mochila, y un sistema de luces integrado para ver y ser visto. El plegado, en su caso, es un extra muy valioso si tienes problemas de espacio en casa o si combinarás tus paseos con transporte público o el coche.

Un caso destacable: la ENGWE EP-2 Boost
Si tuviera que seleccionar un modelo que implementa prestaciones muy parecidas a estas y que también es uno de mis preferidos, mi recomendación sería la ENGWE EP-2 Boost. Este modelo es efectivamente una obra maestra de ingeniería diseñada para el ciclista urbano. Con un motor de 250W (versión UE), lo que asegura que es legal, y sensor de par, la pedalada asistida es tan natural que apenas la notarás. La característica única que lo cambia todo es un botón llamado “Boost” que libera un torque de 55 Nm del motor, dándote el empujón que necesitas de inmediato para subir una pendiente. Sus grandes neumáticos de 20 pulgadas, con un ancho de 4.0, en unas llantas innovadoras con radios de una sola pieza, mejoran la durabilidad y evitan el mantenimiento, ya sea sobre una superficie de asfalto liso o un camino de tierra. Con una batería de 48V 13Ah que, según las especificaciones, permite recorrer hasta 120 km, te da la tranquilidad de no quedarte corto. Viene equipada con frenos de disco mecánicos de 180mm que mantienen tu seguridad, un cambio Shimano de 7 velocidades, suspensión frontal, guardabarros, parrilla trasera y luces totalmente funcionales. Al final, puede plegarse hasta un tamaño compacto, con lo que es fácil de transportar sin mucho esfuerzo. Utilízala para moverte por la ciudad o guárdala en tu apartamento. No te pide elegir entre comodidad, potencia, versatilidad o practicidad, porque lo ofrece todo.

Consejos prácticos para disfrutar al máximo tu bicicleta eléctrica
Una vez la hayas comprado, cuida la batería: evita que se descargue completamente y, una vez cargada, no la dejes más tiempo de la cuenta enchufada. Guárdala en un lugar con una temperatura moderada.

Revisa periódicamente la presión de los neumáticos; una presión correcta alargará la autonomía y te ofrecerá un mayor confort. Mantén la cadena limpia y lubricada para que los cambios de marcha sean siempre suaves. En cuanto a la conducción, acostúmbrate a los distintos niveles de asistencia. Utiliza los más bajos en llano para obtener la máxima autonomía y reserva los más altos para las cuestas o situaciones en las que necesitas mayor velocidad. Y sobre todo, haz siempre lo posible por garantizar tu seguridad: viste prendas de alta visibilidad y respeta siempre las normas de circulación. Porque tu ciudad está esperando a ser redescubierta, y una bicicleta eléctrica de paseo es la llave para hacerlo.
¿Realmente hago ejercicio si el motor me ayuda?
¡Por supuesto! La bicicleta no se mueve por sí sola: el motor asiste tu pedaleo, pero eres tú quien decide el nivel de asistencia. Puedes usar un nivel bajo y seguir pedaleando con intensidad, o uno alto para subir una cuesta sin desgastarte. En cualquier caso, es una excelente forma de hacer ejercicio cardiovascular de bajo impacto que encaja con cualquier persona, sin importar su edad o condición física.
¿Son estas bicis demasiado pesadas para moverlas?
Las bicicletas eléctricas tienen, por lo general, un peso de alrededor de 30 kilogramos, debido al motor y la batería. No obstante, solo sientes el peso si debes subir escaleras con ella. Mientras la conduces, la asistencia del motor compensa completamente el peso, por lo que parecen muy ligeras y ágiles. Además, hay bicis eléctricas plegables como la ENGWE EP-2 Boost, perfectas para el transporte y el almacenamiento.
¿Qué autonomía realista tengo que esperar?
La distancia anunciada de 120 km por el fabricante para la EP-2 Boost es la máxima posible bajo circunstancias ideales: nivel 1 de asistencia, terreno plano, sin viento y un ciclista ligero. En la vida real, con cuestas, paradas y arranques en ciudad, y usando la asistencia a niveles más altos, el kilometraje es menor, pero suficiente para varios días de uso urbano.
¿Cuánto tiempo dura la batería antes de tener que cambiarla?
La batería de iones de litio moderna, como la que se utiliza en bicis eléctricas de calidad, está hecha para durar entre 800 y 1000 ciclos de carga completos. Para un usuario habitual, esto significa de 3 a 5 años de uso, o incluso más, antes de que la capacidad de la batería disminuya tanto que quieras reemplazarla.